
Esta magnífica obra del escritor perauno Abraham Valdelomar, es sin duda, una de la más conocida de su repertorio.
La leí a los 10 años, y aún recuerdo los detalles importantes de este cuento.
Invoca a la sensibilidad del lector, y a su reflexión sobre la vida y la lucha, así como a pensar en los animales que nos acompañaron alguna vez o que aún nos acompañan.
Este cuento fue bastante moderno para su época, especialmente por el estilo literario que exhibe en los primeros párrafos donde el autor captura muy bien a sus lectores despertando su curiosidad para que sigan leyendo y enterarse de algo prometedor.
La acción se sitúa en ambiente rural de la provincia de Pisco, al sur de Lima. El narrador cuenta como es que él y sus hermanos menores, tratan de hacer que su padre desista de hacer pelear a su gallo sin conseguirlo.
El Carmelo, sacando fuerzas de flaqueza, gana. Esto lo convierte en héroe, pero al día siguiente muere a consecuencia de las heridas recibidas. El final se puede interpretar técnicamente como un anti-clímax pues el verdadero desenlace es cuando el Carmelo se impone al otro el día anterior y hay un final feliz. Los niños no admiran al gallo por su valentía ni por su habilidad para matar, más bien es todo lo contrario, de modo que Valdelomar, hombre muy sensible y que escribe lo que siente, alarga la historia un día más para ver la secuela. En esa parte final es mostrado el sufrimiento del narrador al ver agonizar al gallo.